El café y la miel tienen una relación de toda la vida. Quizás sepas que el café sería mucho menos abundante sin las abejas. El café Robusta, que representa alrededor del 40% de la producción mundial de café, depende de la polinización cruzada para existir.
Las abejas realmente le dan vida a nuestra energía matutina. Pero nuestras amigas amarillas nos ofrecen otro producto para nuestro deleite: la miel.
Es una idea sencilla: algunas personas disfrutan de su café con un toque de dulzura, pero también se preocupan por su salud. La miel suele considerarse un endulzante más saludable que el azúcar refinada.
Por lo tanto, a la hora de tratar con la miel y el café juntos, debemos saber si la popularidad de la miel está bien fundamentada.
Asimismo, nos gustaría saber cómo influye la miel en el sabor de una taza de café.
¿Son el café y la miel una pareja celestial o una combinación de pesadilla?
Sigue leyendo para saber más.
¿Es la miel una opción más saludable?
La miel tiene una reputación saludable. Claro que sí. Viene de la naturaleza. Es magníficamente dorada. Winnie the Pooh prácticamente vive de ella.
Pero, ¿es esto cierto o es un mito? En primer lugar, la miel posee beneficios vitales para un cuerpo sano. La miel contiene cantidades mínimas de varias vitaminas y nutrientes.
Sin embargo, los antioxidantes son la causa de la reputación de la miel como alternativa saludable a otras fuentes de azúcar. Los antioxidantes pueden ayudar a proteger las células del cuerpo y a disminuir varios riesgos para la salud. Los flavonoides y los ácidos fenólicos son las superestrellas antioxidantes que se encuentran en la miel.
Pero no todo es oro. Al fin y al cabo, la miel tiene azúcares y calorías, al igual que los acompañantes más comunes del café.
Saquemos cuentas: dos cucharaditas de miel tienen unas 40 calorías y 12 gramos de azúcar. Multiplica esto por el número de tazas de café que bebes al día y pronto se te caerán los dientes. La miel también tiene más calorías que el azúcar normal. Una cucharadita de miel contiene unas 21 calorías, un poco más que una cucharadita de azúcar, aproximadamente 16 calorías.
En resumen, la miel es un poco más saludable que las alternativas, dado su contenido de nutrientes y antioxidantes, pero aun así, el azúcar es azúcar.
Si la salud es tu principal preocupación cuando tomas café, quédate con el café negro sin azúcar. Pero si unas decenas de calorías no son lo peor del mundo, no eres fan del café negro y buscas un complemento dulce y sabroso, la miel puede ser tu mejor opción.
Miel y café: ¿Agradable para el paladar?
El azúcar de mesa y los edulcorantes tienen un sabor neutro. Es decir, simplemente se disuelven en la sustancia en la que se añaden. La miel, en cambio, es un poco menos pasiva. Se impone y hace saber a todos que ha entrado en escena. No es de extrañar, pues, que añadir miel a la taza de la mañana altere el sabor de la bebida.
El gusto es, por supuesto, un asunto subjetivo. Que a uno le guste o no esta combinación es algo totalmente personal. Pero conviene saber que el sabor se verá afectado significativamente por el tipo de miel que se añada. La de acacia, por ejemplo, alcanza su punto máximo de dulzura y es una compañera natural del amargor del café. En cambio, la de alforfón es bastante intensa y combina menos con la bebida
En otras palabras, como la mayoría de los aspectos del consumo de café, añadir miel es una cuestión de preferencia personal. Añadir o no añadir miel depende de ti. Solo hay que saber que la miel tiene su propio sabor -según el cultivo del que proceda el polen- y no es neutra como el azúcar común, que endulza sin añadir mayor complejidad.
Cómo añadir miel al café
Hay dos métodos recomendados para añadir miel al café. El primero consiste en utilizar la miel como cualquier otro aditivo de azúcar y añadir una o dos cucharaditas a una taza de café de tamaño normal. Prepara tu café como quieras, deja que se enfríe un poco, añade el elixir espeso y dorado y mezcla hasta que se disuelva.
Por otra parte, la miel puede ser un componente más complejo del café. Uno de mis favoritos es añadir el café preparado a una cacerola con un montón de leche, miel, canela y nuez moscada. Sube el fuego, pero no dejes que la mezcla llegue a hervir. Una vez que se haya enfriado, añade un poco de extracto de vainilla y ¡voilá! Un manjar de café.
Lo recomiendo a quienes tienen una vena experimental y disfrutan del café con una amplia gama de sabores.
La regla general para añadir miel al café es sencilla: lo oscuro con lo oscuro, lo claro con lo claro. Si preparas un café de tueste oscuro, acompáñalo con una variedad de miel más intensa, como la de alforfón o la del epilobio o adelfilla. Las mieles más suaves, como flores salvajes o Alfalfa, combinan bien con los tuestes medios. En cambio, los tuestes ligeros combinan mejor con una miel más dulce, como la Acacia o el Trébol.
En conclusión: hay un sinfín de perfiles de sabor que se pueden crear al combinar café y miel.
La miel puede ser solo un componente dulce de un café dulce, perfecto para las vacaciones de invierno. O puede combinarse con el café por sí solo para dar un toque de miel a tu taza matutina.
No tengas miedo de experimentar con diferentes tuestes de café y tonos de miel. Recuerda: ¡deja siempre que el café repose antes de añadirla!
Conclusión
Como dice el refrán: “para gustos, los colores”, en otras palabras, haz lo que mejor te parezca.
A algunos les gusta el café negro sin azúcar, tan amargo como un despecho. Otros prefieren una bebida más sedosa o una cucharadita de azúcar para endulzar el amargor. La miel puede ser una pieza más en la caja de herramientas de los amantes del café. La miel tiene algunos beneficios para la salud en comparación con el azúcar, que a menudo se pasa por alto como endulzante alternativo.
Al igual que el café, la miel contiene algunos antioxidantes, que son clave para proteger las células del cuerpo eliminando los oxidantes nocivos. La miel también contiene nutrientes y vitaminas, cosa que el azúcar no hace.
Sin embargo, ten en cuenta que si estás contando las calorías, la miel no es tu solución ideal ya que contiene un poco más de calorías por gramo que el azúcar.
El sabor es otro factor crucial que hay que tener en cuenta a la hora de determinar si se opta por la miel en lugar de otros endulzantes para el café. Al igual que el propio café, la miel se presenta en varios tipos. Algunas variedades son más dulces que otras; algunas pueden tener notas florales.
Simplemente no hay una respuesta correcta o incorrecta para la miel en el café. Si la idea te parece interesante, ¡inténtalo!